Cuando Parker encarga un novio a pilas, no pretende enviárselo a su flamante jefe. Que él lo abra ya es bastante aterrador, ¿pero que se lo entregue a ella? Catastrófico. Hasta que él le hace un trato que no puede rechazar.
Puede que Samuel haya conseguido su pedido por accidente, pero no está dispuesto a renunciar a él todavía. De hecho, ella no puede tenerlo hasta que esté lista para mostrarle cómo lo usa.
Advertencia: Su paquete es lo que ella quiere, y su caja es lo único que satisfará sus necesidades. Si no podemos hacer juegos de palabras sobre la entrega del correo, ¿qué sentido tiene la vida?
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